ANARQUISTA Y ESPAÑOL: IMPOSIBLE

ANARQUISTA Y ESPAÑOL: IMPOSIBLE
Alots Gezuraga

Cualquier crisis económica acaecida a lo largo de la historia, ha traído aparejada una crisis de valores que refuerza las ideologías extremistas. Quizás por esto, en las últimas huelgas sindicales y movimientos sociales, se ven muchas banderas anarquistas, especialmente entre los jóvenes, como si el anarquismo fuese una ideología nueva. Pero para que sea realmente anarquismo, es necesario que sea un movimiento antiimperialista. Incluso antes de la lucha obrera o la lucha de clases y la igualdad entre las personas, un movimiento de izquierdas, ha de ser antiimperialista. Por tanto, el anarquismo en España empieza condenando el imperialismo que España ejerce contra Nabarra y otras naciones o no es anarquismo sino otra cosa como veremos.

Existe un oasis en las teorías del Estado y más si se compara con el Estado totalitario en el que vivimos, sería el "no-Estado", son los teóricos anarquistas o ácratas. El anarquismo es la doctrina política que defiende la libertad absoluta del individuo y por tanto rechaza cualquier tipo de autoridad, ya sea política, jurídica, económica o religiosa. El anarquismo es partidario de la supresión del Estado (nacido para ejercer el monopolio de la violencia en un territorio) y de la propiedad privada de los medios de producción.

Para sustituir el apremio, coacción o coerción que el Estado emplea para mantener el orden social, la teoría anarquista propone que la vida social debe descansar sobre relaciones jurídicas voluntarias, es decir, sobre un contrato libremente convenido entre los interesados (al contrario por ejemplo del "contrato social" de los jus-naturalistas que creían en un “derecho divino”).

H. Arvón en su libro "El Anarquismo en el siglo XXI" (1981) sintetiza con bastante claridad los alcances de la idea del "Federalismo anarquista": "Una infinidad de contratos que se engendran unos a otros y se equilibran tanto más fácilmente puesto que no son inmutables ni definitivos, sea en el plano profesional o en el general, o aún en el plano nacional y hasta en el internacional; he allí una estructura en apariencia caótica e incoherente; pero que gracias al mantenimiento del principio de la autonomía de la voluntad individual en todos los estratos, culmina en una unión libremente consentida, cuya existencia está por cierto mejor garantizada que la de unión impuesta".

"Anarquismo" es un vocablo de estricta procedencia griega, significa "sin gobierno, sin autoridad, sin poder" (a: sin; arkeo: poder). Sus teóricos los podemos encontrar entre los cínicos griegos como Diógenes (413-323 a.C.), incluso en la filosofía individualista de Antístenes de Atenas (444-365 .C.), discípulo del sofista Gorgias, el cual era su vez enemigo de Sócrates. Pero no es hasta el siglo XIX cuando el anarquismo alcanza verdadera relevancia política.

Como teoría moderna, el anarquismo nace a finales del siglo XVIII con los ingleses Jeremy Bentham (1748-1832) o William Godwin (1756-1836) y se desarrolla con el francés Pierre-Joseph Proudhon (1809-1864) para popularizarse con los rusos Mijail Bakunin (1814-1876) y Piort Krotpotkin (1842-1921). Como movimiento de masas, el anarquismo toma fuerza a mediados del siglo XIX, codo con codo con el "socialismo científico" preconizado por Marx y Engels: son ramas del mismo árbol genealógico de la filosofía hegeliana.

Pero ambos movimientos, socialismo y anarquismo, son opuestos en varios aspectos fundamentales: el anarquismo tiende a la exaltación del individuo y el socialismo a la exaltación de la colectividad; el anarquismo es el “no-Estado” y el socialismo comunista es el “Estado del proletario”.

La tendencia mayoritaria del anarquismo ha sido la de Mijail Bakunin (nacido en Rusia en 1814 en una familia terrateniente de ideas liberales), que preconizaban el colectivismo de los medios de producción en pequeñas unidades territoriales federadas y que era contrario a los partidos políticos (teorías llamadas “libertarias”), aunque fueran partidos de base obrera y en contra del propio Marx. Los anarquistas de Bakunin fueron expulsados de la Internacional Socialista de la Haya en el año 1872, al negarse a aceptar organizaciones “nacionales” (en realidad lo que no aceptaba eran los Estados Gran-nacionales o imperialistas), creando su propia Internacional.

El Estado para Bakunin no es una institución absoluta, definitiva; "es una institución histórica, pasajera, una forma transitoria de la sociedad". El Estado (gobierno-pueblo y territorio-leyes), lleva en sí mismo todos los males inherentes a la “alienación” marxista sobre su trabajo que esclaviza y envilece a los gobernados por un lado y, por otro, desmoraliza y corrompe a los gobernantes. La disolución del Estado se realizará en nombre de la libertad.

El ruso Bakunín era abiertamente ateo y anarquista-colectivista, predicaba "la acción violenta en vez de la crítica pasiva contra la sociedad y el Estado". Para Bakunin los atentados orientaban a las masas hacia la revolución.

Si para los movimientos de izquierdas el Estado capitalista era el causante de todos los males, el imperialismo o la invasión de un Estado a otro, la imposición de una nación a otra, era una lucha anterior a la liberación obrera, tanto para los comunistas-socialistas como para los anarquistas: antes que la lucha obrera del “patrono-obrero”, el principal enemigo del anarquismo y del comunismo-socialismo es todo imperialismo:

El ruso, político comunista e ideólogo Vladimir Ilich “Lenin” (1870-1924), lo explicaba así :

“El derecho de autodeterminación de las naciones significa exclusivamente el derecho a la independencia en el sentido político, a la libre separación política de la nación opresora. Concretamente, esta reivindicación de la democracia política significa la plena libertad de agitación en pro de la separación, y de que ésta sea decidida por medio de un referéndum de la nación que desea separarse “. (Obras Completas, t. XXII, p. 158).

“El proletariado no puede dejar de luchar contra la retención violenta de las naciones oprimidas dentro de las fronteras de un Estado dado, y eso significa luchar por el derecho a la autodeterminación. El proletariado debe reivindicar la libertad de separación política para las colonias y naciones oprimidas por “su” nación. En caso contrario, el internacionalismo del proletariado quedará en un concepto huero y verbal; resultarán imposibles la confianza y la solidaridad de clase entre los obreros de la nación oprimida y los de la nación opresora; quedará sin desenmascarar la hipocresía de los defensores reformistas y kautskistas de la autodeterminación, que no hablan de las naciones oprimidas por “su propia” nación y retenidas la violencia en “su propio” Estado” (Lenin, Obras Completas, t XXI, p. 160).


EL ANARQUISMO EN ESPAÑA

La primera agrupación de izquierdas en España se creó en el año 1868 de la mano de Giussepe Fanelli (anarquista italiano) y Paul Lafargue (socialista-comunista francés), por orden de Mijail Bakunin, relacionados con la Asociación Internacional de Trabajadores, en el único sitio que había un número de obreros suficiente: Catalunya.

También en Catalunya se creó el sindicato anarquista CNT en 1911 (anarcosindicalismo) con la idea de tener una estructura “nacional-española”, siglas que corresponden a: Confederación Nacional (española) del Trabajo. Sus antecedentes tienen nombres tan significativos como: “Federación de Trabajadores de la Región Española” u “Organización Anarquista de la Región Española”, después “Solidaridad Obrera”.

Este sindicato será minoritario hasta la dictadura de Primo de Rivera, tras la represión de los años de la dictadura aumentó en número pero se fraccionó. Con todo, será el partido mayoritario del anarquismo en España que llegó al millón de afiliados para los años 20. Una escisión del CNT en 1989 es aún más contradictoria, aceptando subvenciones del Estado contra el que dice luchar, es la Confederación General del Trabajo (CGT) con aproximadamente 60.000 afiliados, algunos de ellos “liberados” de sus funciones obreras.

Mucho más minoritarias son asociaciones más modernas en sus planteamientos como la Federación Ibérica de Juventudes Anarquista (FIJA -2007- ), pero que siguen sin superar sus contradicciones internas y sin condenar el imperialismo de su nación -y menos luchar contra el mismo-.

Pierre-Joseph Proudhon (1860), anarquista francés: “La causa primera de todos los desórdenes que afligen a la sociedad de la opresión de los ciudadanos y de la ruina de las naciones, consiste en la centralización exclusiva y jerárquica de los poderes públicos”.

Estos partidos políticos y sindicatos o asociaciones, son creados muchas veces desde las propias estructuras de las instituciones estatales, dividen sus militantes según la estructura geográfica impuesta por la nación imperante y son miembros activos de esa nación imperialista, por tanto cómplices cuando no actores necesarios de sus acciones (como la imposición de idiomas por ejemplo), lo que es una “contradictio in terminis” u Oxímoro.

En Lan Deia llamado “Eusko Lurra número 61” del año 1961, ya se decía que: “En el País Vasco el llamado “internacionalismo” y el “socialismo” ha designado abusivamente una vulgar variante de cosmopolitismo burgués, engendro que constituye en nuestro país un puro y simple camuflaje del nacionalismo español. El internacionalismo del proletario acabó tras conseguir unas pequeñas concesiones del “capital”, y las Guerras Mundiales hicieron que los trabajadores lucharan entre ellos con los capitalistas de sus naciones, pues los pueblos, las naciones, siempre han sido en el ser humanos motivos de unión más poderosos que los económicos”.

La conclusión es evidentemente: es imposible ser español y anarquista. Entonces, ¿qué es en realidad alguien que se dice anarquista-español? En nuestras tierras nabarras, un anarquista-español: es primeramente un imperialista, por tanto su definición sería la de anarco-imperialista, del mismo modo que un “socialista” español es en realidad un social-imperialista.

La nación española nace de la imposición del modelo francés de Estado a todas las naciones de la corona de “las Españas”. Estado centralizado y de Gran-nación única desde la promulgación de la Constitución de Cádiz en 1812 , aunque su antecedente es la llegada al poder de los Borbones absolutistas desde Francia sobre el año 1700. Estado Gran-nacional, aun hoy “invertebrado” y de base castellana, el “Madrid centrifugado” que decía Ortega y Gasset.

En el caso de los nabarros la cuestión va más allá, pues en nuestro Estado, los españoles, no dejan de ser invasores y colonos, su imposición armada es incluso anterior al intento actual de crear una sola nación dentro del territorio que controlan y donde quieren ejercer el monopolio de la violencia, es decir, su objetivo es la eliminación de la nación nabarra.

Cabe recordar, en el año del 500 aniversario de la invasión y ocupación militar de gran parte del reino nabarro, lo que decía P. J. Proudhon (1809–1864), anarquista francés: “La paz obtenida con la punta de la espada no es más que una tregua”.

Por tanto, los anarquistas en la península ibérica, pueden ser castellanos (descendientes ideológicamente de los “comuneros”), portugueses, aragoneses, catalanes o nabarros entre otros, pero no españoles, pues es políticamente: imposible. La nación española es de carácter imperialista y el imperialismo es el primer enemigo del anarquismo, del comunismo o del socialismo, pero, en general, el imperialismo es enemigo de la democracia, de la libertad individual y de la libertad colectiva.

IPARLA: “El primer problema social es el problema nacional, el problema nacional es el primer problema social” (…) “Si hay un problema nacional, no hay democracia, no hay libertad”.