EL IMPUESTO COLONIAL DEL CUPO y DE CÓMO LOS ESPAÑOLES NOS DEBEN DINERO

EL IMPUESTO COLONIAL DEL CUPO y DE CÓMO LOS ESPAÑOLES NOS DEBEN DINERO
Alots Gezuraga



Dicen los españoles que el Concierto Económico y el Convenio Económico son “privilegios”, cuando en realidad son impuestos imperialistas implantados tras una brutal represión contra los territorios del reino de Nabarra y tras diezmar su población mediante varias guerras, todo por defender nuestro sistema jurídico o Fueros contra la España uniforme.

Tras la Segunda Guerra Carlista, los cuatro territorios nabarros peninsulares fueron considerados traidores a España y pasaron a llamarse “provincias”, con mucha menos autonomía que hasta entonces al ser eliminadas todas las instituciones y legislación originaria del reino baskón. En las “provincias” nabarras peninsulares la represión económica se materializó en el Real Decreto del 28 de febrero de 1878, conocido como primer Concierto Económico (similar al de Alta Navarra): "Establecida la unidad constitucional en las Provincias Vascongadas (la Nabarra Occidental); verificada la primera quinta (primer servicio militar obligatorio fuera del territorio nabarro), y estando llevando a cabo los preliminares de la del presente año con la misma regularidad que en las demás del Reino, faltaba solo que entrasen aquellas en el Concierto Económico (......) las Provincias Vascongadas dentro ya del Concierto Económico contribuirán al sostenimiento de las cargas públicas en igual proporción que las demás de España" .

Se hablaba de la necesidad de que las “provincias” nabarras entraran en el "Concierto Económico" de la nación (española), por tanto el término no proviene de “concertar” un acuerdo entre dos, sino de la obligación manu militari de sumarse a lo que había para los españoles, sumarse al “concierto general español”. “Concierto Económico” significaba, por tanto, servir al ejército español de forma permanente en cualquier parte de su imperio -hasta 7 años de servicio si te tocaba Filipinas-, contribuir a las “cargas” españolas de sus reyes, jueces, policía, ejército, embajadores, funcionarios-parasitarios o políticos corruptos supuestamente “comunes”, que son los que habían acabado con nuestras libertades. El problema estaba en cómo hacer efectiva esta imposición cuando no había infraestructura administrativa española ni estadística para ello. Por ello se llegó a un acuerdo con las nuevas Diputaciones Provinciales para que éstas recaudasen “lo que el Ministerio de Hacienda hubiera podido recaudar por su cuenta”. El resultado satisfizo a los españoles por lo que decidieron prorrogarlo por resultarles cómodo y así tener que trabajar menos para explotar nuestros recursos y personas. Desde entonces los nabarros pagamos un dinero cada año o “cupo” colonial a España, a modo de un “impuesto revolucionario” o extorsión mafiosa.

Lo curioso, es que el argumento de que los Fueros y ahora los residuos forales son “privilegios” comenzó con los reyes absolutistas-totalitarios que intentaban igualar todos los reinos que iban invadiendo para poder explotarlos mejor, lo que convierte a las personas que siguen usando el término en ignorantes (poco probable) o en cómplices de la exterminación vía violencia militar de todas las instituciones propias que nos dimos los baskones y que aparejaron miles de muertos.

Los que hoy reclaman desde el PsoE y su escisión UPyD la supresión del cupo pensando en poder así quitarnos más dinero a los nabarros, van más allá en su concepción de una España ultramontana “Una y Grande” de lo que fueron incluso los fascistas españoles que sí mantuvieron el Concierto Económico y Convenio en Alaba y Alta Navarra. Su visión de “solidaridad” impuesta (contradicción manifiesta) tras siglos de conquista paulatina (1054-1620) y de represión armada posterior contra nuestras instituciones, cultura, idioma y las personas que están detrás de ellas (nuestro Pueblo), es la propia del modelo colonial, donde el oro de Perú se repartía “solidariamente” entre los ricos aristócratas españoles pero jamás se les exigía o exige solidaridad a los enriquecidos mediante el modelo colonial primero, la expoliación fascista después o a la sombra de la corrupción generalizada y el modelo de pelotazo inmobiliario-bancario más recientemente. Así, campan tranquilos y a sus anchas: los reyes Bourbones, los duques de Alba, March, Franco, Bárcenas y hasta el infinito y más allá. El New York Times el 9 de septiembre del 2011 publicaba que el primer banquero español, Emilio Botín, es el mayor defraudador a la Hacienda española y el mayor evasor de dinero. La oligarquía de los banqueros españoles supone, según la propia Agencia Tributaria española, el 74% de lo que se le defrauda y que asciende a 44.000 millones de euros (2/3 del gasto social en España), todos los autónomos y profesiones liberales juntos (7 millones) sólo suponen un 8% del fraude. Siendo presidente del gobierno español, Jose María Aznar decía que “los ricos no pagan impuestos en España”.

Ahora en nombre de la “solidaridad” el “centro” y la “izquierda” española lo que pretenden es seguir explotando a Nabarra contra la voluntad de todos sus ciudadanos, simplemente para no afrontar la reforma integral de su Estado de enchufados, corruptos, banca-fantasma, vividores del PAC-PER, funcionarios a millones para seguir manteniendo los infinitos cargos políticos de los que han montado el chiringuito, todo ello sin meterse con los ricos pues éstos están por encima de sus leyes e impuestos y con ellos no va lo de la “solidaridad”. La concepción de España de la “izquierda” no difiere de la franquista: uniforme en leyes, uniforme en corrupción, uniforme en lengua, uniforme en nepotismo y donde los pobres pagan por los ricos.

Es más, si en vez del nominal habláramos de una igualdad “interregional” en términos de poder adquisitivo como es económicamente correcto, se llevarían un buen susto y nos tendrían que pagar ellos un cupo “solidario”. No es lo mismo el salario bruto medio de 1.957 (CAV) y 1736 (CFN) euros que tiene Nabarra actualmente que los 1.400 de Extremadura que es Comunidad Autónoma española donde menos se gana. Nominalmente el salario medio de Extremadura es mucho más bajo que el de Nabarra, pero, sin embargo, el poder adquisitivo de ese salario extremeño es superior. Sólo un bien de primera necesidad como es la vivienda (alquiler o hipoteca), neutraliza la diferencia nominal (entre 557 y 336 euros) y hay que empezar a restar la diferencia en comida, calzado, bienes de primera necesidad, autopistas etc., por lo que si cogemos parámetros más reales como “renta bruta disponible” (renta disponible tras los gastos básicos) o la “capacidad de compra” (cuanta renta se necesita para adquirir los mismos bienes), es evidente que los españoles nos deben mucho dinero, ¿nos lo pagarán o serán unos “insolidarios”? Está claro que no van a querer pagarnos, pues la colonia a explotar somos nosotros y ellos los imperialistas de siempre.