LA TRAMPA PARA ELEFANTES DE PODEMOS

LA TRAMPA PARA ELEFANTES DE PODEMOS
Alots Gezuraga


“El Pueblo que avasalla a otro Pueblo forja sus cadenas” K. Marx y F. Engels “Sobre el Sistema colonial del Capitalismo”.

España nunca hizo una verdadera transición hacia la democracia, una pequeña oligarquía de partidos sustituyó al régimen fascista anterior de partido único, para ello se dio la siguiente premisa: el socialismo y el comunismo español acataron las condiciones impuestas por el viejo régimen, las cuales se resumen en la aceptación del jefe de Estado elegido por el viejo caudillo y una Constitución estranguladora de las libertades de los Pueblos (a los que el texto magno llama “nacionalidades”). A cambio, las fuerzas que habían quedado fuera del poder durante 40 años, aceptaron un modelo oligárquico de partidos que viven para y por el Estado, es decir, un nuevo modelo totalitario. Los nacionalismos autoproclamados como “periféricos”, tragaron con la milonga ya desde el Contubernio de Múnich (1962). Así quedó todo “atado y bien atado”.

La no diferenciación entre el Estado y los partidos que iban a representar al Pueblo, hace que éstos estén al servicio del Estado que les paga, controla y determina cuáles pueden participar, qué pueden obtener e incluso qué pueden decir y qué no, por tanto, no están al servicio del Pueblo que los elige. Para entenderlo mejor, sólo hay que pensar en los sindicatos actuales pagados por el Gobierno español (similares por tanto al anterior “sindicato vertical”), Gobierno o pagador con el cual luego se tienen que sentar a “negociar” los parasitarios representantes sindicales los intereses de los trabajadores. Cualquier intento de destruir este modelo totalitario, es reconducido dialéctica y orgánicamente por el leviatán-Estado gracias a su entramado jurídico-policial y el control de los recursos económicos y de los medios de comunicación que ejercen los partidos políticos. Amamantado por una estructura totalitaria, es imposible que surja una fuerza democratizadora.

Si un español es socialista o incluso sólo demócrata, apoyará previamente la independencia de los Pueblos oprimidos por el suyo como paso previo a la instauración por primera vez de la democracia en España, en otro caso, la dilación de esta condición previa (condicionándola por ejemplo a una futura votación casi imposible de ganar), es una fachada más del imperialista. A este tipo de falso “socialismo” se le denomina social-imperialismo, hoy rebautizado como “populismo”.

No es nada novedoso, ya lo conocemos por estos lares. El secretario del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en los años 70 disfrazado con su traje de pana, gritaba “Gora Eu(z)kadi A(s)katutá” en nuestros frontones abarrotados por un Pueblo vasco que pedía la independencia, aceptaba Isidoro incluso el derecho de autodeterminación del Pueblo vasco como paso previo a la instauración de la democracia en España o la unión de las administraciones creadas por el imperialismo en el sur de nuestro Estado (lo que luego se llamarán CAV y CFN). Todos estos derechos básicos y previos a la instauración de una democracia, fueron inmediatamente pisoteados según llegaron a la cuota mínima de poder que el régimen anterior les dio e incluso no dudaron en ejercer el terrorismo de Estado para conseguir sus objetivos.

Si Podemos fuera democrático y de verdad quisiera un cambio en España, tendría que apoyar la destrucción del modelo totalitario actual, como medida previa a su participación en cualquier elección o votación, planteando la posterior confluencia de las diferentes naciones que componen España en un Estado democrático común, desde el respeto a lo que éstas decidan libre (aunque esta parte sería muy difícil tras siglos de intento de asimilación) y democráticamente. La lucha del Pueblo catalán por su libertad: es el mayor intento de democratizar España de la historia y donde Podemos se ha retratado como un partido más de la España totalitaria. Democratizar el imperialismo es imposible sin destruirlo por su constitución originaria totalitaria, todo lo demás, no son más que el eco de palabras ya oídas.

El nuevo partido Podemos, desde su cuota participativa en ese poder totalitario, no podrá más que seguir las directrices marcadas, como ya lo está haciendo en la UE en cuyo órganos ya está parasitando: “Democratización de todas las instituciones, incluida la jefatura de los Estados, desde los niveles locales de la administración a la propia UE, y el nombramiento y control de los órganos ejecutivos de la UE” Podemos.

El problema nacional es previo a los problemas sociales, o mejor dicho, el primer problema social es el problema nacional o la falta de libertad de nuestro Pueblo para gobernarnos y poder dictaminar libremente las leyes que más nos interesan como Pueblo, incluidas las económicas y las sociales: una mayor Renta de Garantías, representación en los órganos de la UE, un ahorro en gastos bélicos y de burocracia… leyes anticorrupción, una democracia participativa, ley sobre el aborto, leyes sobre la igualdad de género etc.

Es por ello que Lenin criticaba abiertamente a sus propios compatriotas: “Si Finlandia, Polonia o Ucrania se separan de Rusia, no hay ningún mal en ello. ¿Qué mal puede haber? Quien lo afirme es un chovinista. ¡No pueblo ruso, no te atrevas a avasallar a Finlandia: el Pueblo que oprime a otros Pueblos no puede ser libre! (…) Si dijéramos que no reconocemos ninguna nación finlandesa, sino únicamente a las masas trabajadoras, diríamos el mayor de los absurdos. No se puede dejar de reconocer lo que existe: la realidad se impone por sí misma”. (“Obras selectas”, tomo XXIV, pág. 27 y tomo III, pág. 202).

¡Qué lejos está Podemos de una crítica parecida a sus compatriotas y el reconocimiento de los Pueblos o realidades nacionales!

Federico Krutwig en “La Cuestión Vasca” (1966): “Para un pueblo nacionalmente oprimido, es imposible entrever otra posibilidad de liberación social que la que vaya unida a la liberación-nacional”.

Rousseau (s. XVIII) en su libro “El Contrato Social”: “El gobierno democrático conviene a los Estados pequeños, el aristocrático a los medianos y el monárquico a los grandes”.