ESPAÑA NOS QUIERE ARRUINAR, A CAMBIO DE SALVAR A SUS RICOS

ESPAÑA NOS QUIERE ARRUINAR, A CAMBIO DE SALVAR A SUS RICOS
Alots Gezuraga

Primera edición de la Constitución española de 1978, presidida por el escudo franquista 


Reclaman los partidos políticos españoles de derecha una mayor igualdad económica entre “regiones” o CC. AA. Esta es una nueva bofetada a la inteligencia, que sólo se justifica buscando algo muy obvio: seguir ordeñando a catalanes y nabarros. Pero estudiemos un poco la realidad macroeconómica española.

Cuando se mide el nivel de vida de las personas por la Renta Bruta, el PIB per cápita o la Renta Disponible no se está teniendo en cuenta dos cosas: la distribución de la renta (si yo tengo 100 euros y tú nada, la media sale que tenemos 50, pero no es lo mismo que tener 50 cada uno, sobre todo para ti) y lo segundo es el poder adquisitivo de esa renta. Esta segunda cuestión es la que sacaron a colación los alemanes con España, cuando les dijeron que estaban cansados de transferir dinero por tener una renta per cápita superior, ya que, por otro lado, un alemán medio tiene bastante peor calidad de vida que un andaluz. En términos nominales tienen el triple de renta los alemanes, pero en términos reales la cosa no está tan clara. Por eso los alemanes se cerraron en banda a la hora de pagar los dispendios del sur de Europa y sacaron respecto de España un informe basado en las valoraciones inmobiliarias, asegurando que la mayor parte de los patrimonios familiares alemanes estaban en bolsa, fondos o depósitos (mirando a su jubilación), mientras que los españoles tenían su patrimonio invertido en su piso, que los alemanes alquilaban y los españoles eran propietarios, así, haciendo ese cálculo, resultaba que los españoles en términos de riqueza, que no de renta, eran más ricos que los alemanes.

Mientras duró este maná europeo (alemán), según señalaba Europa Press, España habría recibido entre los años 2000-2006 la friolera de 56.000 millones de euros, es decir, el equivalente a construir 1022 Guggenheims como el de Bilbao. ¿Qué hicieron los gobiernos españoles con esas escandalosas cifras? Pues unos chalets preciosos en Marbella para jeques árabes, banqueros y grandes empresarios, otros chalets por todo el levante para ellos y, finalmente, otros más modestos para que sus súbditos miraran para otro lado. Con la estafa o burbuja inmobiliaria de los bancos y sobre todo de las Cajas de Ahorro (el juguete de los políticos) que han agravado la crisis económica (muchísimo más pronunciada por ello en España que a nivel mundial), a España se le ha acabado vivir de los europeos (alemanes), los cuales en un último esfuerzo (me temo que inútil), han salvado el sistema financiero español (y por tanto a un montón de ricos frente a los millones de pobres como veremos), por lo que ahora la derecha española se ha puesto nerviosa y quiere sacar de algún sitio ese dinero que han dilapidado o “cementado”, y han vuelto su mirada hacia los nabarros y hacia los catalanes, sus dos últimas colonias.

¿Pero, realmente catalanes y nabarros tenemos un nivel vida superior a la media española? Se trata más bien de un espejismo económico fácilmente desmontable. Comparemos la CAV, que es la CC. AA española que más renta per cápita tiene, con la región española que menos tiene, Extremadura. El metro cuadrado medio de una vivienda en la CAV es de 2.506 euros según datos oficiales y en Extremadura de 898 euros, es decir, un 65% menor. Por tanto, mientras que un vasco por una vivienda de 100 m2 paga 250.600 euros de media, un extremeño la tiene por 89.800. Es decir, sólo por el concepto de vivienda, un vasco tiene que ahorrar (hipotecarse) 160.800 euros más que un extremeño. Si miramos lo que cuesta al mes una hipoteca de 160.800 euros a 25 años por ejemplo , un vasco necesita para pagar su vivienda una renta mensual (normalmente un sueldo) superior en 640 euros al de un extremeño, o lo que es lo mismo, 7.680 euros al año.

La renta disponible media según el INE de la CAV en el 2010 (lo que te queda después de impuestos), era de 20.034 euros y la de un extremeño de 11.541 euros. Si a la renta vasca le quitamos los 7.680 euros que se le va de más en la hipoteca respecto al extremeño, la diferencia es de... ¡813 euros al año! Si le sumamos otros gastos básicos de una familia como los “impuestos indirectos” en forma de peajes, la vestimenta, el coste medio de la cesta de la compra (las ciudades más caras de España para comprar son Getxo y San Sebastián) etc. la conclusión sería que los extremeños tendrían que traspasar parte de su renta a los vascos para poder tener su nivel de vida. Es más, a nadie se les escapa que un vasco, como pronto, empieza a pagar su vivienda sobre los 30 años, pues el mercado laboral tiene un nivel de exigencia muy alto que requiere una inversión previa en estudios universitarios, carreras medias o formación profesional, por lo que hasta bien avanzada su vida laboral un vasco sigue pagando al banco por la hipoteca una parte importante de sus ingresos. Es decir, la economía vasca requiere de una renta superior a la extremeña porque los puestos de trabajo que genera son de mayor valor añadido y porque la carestía de la vida es también muy superior.
Lo que resulta insultante es que se busque igualar la renta de CC.AA. catalana con la de Extremadura, la de la CAV o CFN con la de Galicia para logara una “mayor igualdad entre españoles”. Es decir, se le está pidiendo a un parado catalán o un parado nabarro (vía Cupo dentro del concepto “marco español de compensación interregional”), que traspase aún más dinero al señorito del cortijo extremeño o a un Amancio Ortega – o a los hombre más ricos de España-, porque estos señores tienen su residencia en una CC.AA. con menor renta. Esto es una barbaridad económica si sólo queremos más igualdad económica entre “españoles”.

En los últimos años, España es el país de la Unión Europea donde el número de ultra-ricos más ha crecido (patrimonios de más de 50 millones de dólares), hasta llegar al puesto 15 a nivel mundial (de 200 Estados). El banco suizo Credit Suisse (uno de los líderes en manejo de patrimonio bursátil a nivel mundial), en su informe anual en el 2013, señala que las 100 mayores fortunas españolas de la Bolsa suman 88.735 millones, un 13% más que en 2012. Es decir, se trata de un patrimonio sobre todo especulativo y el que más defrauda a Hacienda (el 74% de la defraudación a Hacienda está en la grandes fortunas, equivalente a 2/3 del gasto social anual ). La mayoría de los ultra-ricos (más del 80%) viven en Madrid, la segunda CC.AA. en renta per cápita, por tanto una CC.AA donde las desigualdades entre españoles es más pronunciada. En España hay 402.000 personas con más de 5 millones de dólares de patrimonio, un 11% más que en el 2012, cuando ya habían crecido un 5,4% respecto al año anterior.

Mientras, los salarios medios en España bajaron en el 2013 un 5%, el paro… mejor no mencionarlo y una renta básica de 645 euros al mes se ve inviable pues afectaría a nada más y nada menos que 10 millones de españoles que están viviendo por debajo del umbral de la pobreza . Es decir, los pobres son en España cada vez más pobres y los ricos son cada vez más ricos.

Los que creen que la solución para España es un trasvase de rentas (aunque no es condición suficiente sí es necesaria), no están equivocados, pero no de unas CC.AA. a otras, sino de los ricos a la clase media y media-baja. Los que creen que el problema es que los catalanes o nabarros ganan mucho dinero y que son unos insolidarios, padecen de algo que se llama: imperialismo o explotación de los recursos de naciones militarmente invadidas y que no son la propia, cosa que ya hacen, pero pretenden hacerlo hasta poner en peligro las economías de las colonias, tal y como ya están padeciendo los catalanes.