IDEAS FUERZA-LA ECONOMÍA

IDEAS FUERZA-LA ECONOMÍA

Aitzol Altuna Enzunza


“Confiemos en nosotros mismos. Somos tan capaces o incapaces como los demás de crear sistemas de previsión social, no es más difícil que gestionar un sistema fiscal o prestar servicios educativos y sanitarios a una sociedad tan compleja y exigente como la nuestra. Será a largo plazo y sin ninguna duda un sistema distinto al actual, como también lo será el español, y necesitará para sobrevivir adaptarse a nuestras circunstancias particulares como lo hacen la educación bilingüe o la sanidad integral. Pero quien le teme a esto, quien le teme a la libertad, ¿qué más nos puede ofrecer además de cadenas?” Joseba Iñaki Sobrino, economista.

Es imposible desligar la economía de la política. Es de una cortedad enorme no ver que es imposible que la economía de un país esté mejor con su Estado invadido que siendo libre, pudiendo tomar las mejores medidas en cada momento, adaptando las leyes a las necesidades específicas de tu economía etc., sólo con esa obviedad no haría falta seguir escribiendo.

La mejor demostración sobre cómo será la economía del Estado de Nabarra cuando vuelva a ser libre, es la simple constatación de que:
Gestionamos mucho mejor las migajas o transferencias que muy a su pesar España se digna a devolvernos para acallar la ocupación militar de nuestro Estado y por miedo a no poder controlarnos (en un intento de comprarnos con el que les va muy bien como es evidente).
Nuestro nivel de renta es superior al español y al europeo a pesar del desmantelamiento industrial de los años 80, llamado eufemísticamente “reconversión industrial”, aunque nunca se produjo tal, al menos con dinero público.
Nuestro nivel de endeudamiento y de confianza financiera es mejor que el español según señala la empresa más prestigiosa a nivel mundial, Standars & Pool, único caso en el mundo donde una región (CAV-CFN) tiene mejor calificación que el Estado al que “pertenece”.
Todas las variables macroeconómicas que dependen de nuestro esfuerzo son mejores que las Españolas: PIB-Riqueza, tasa de desempleo, balanza comercial etc.
En Iparralde, donde no tenemos ni la más mínima autonomía económica, los parámetros económicos comparativamente hablado respecto a la media francesa, son peores que los de Hegoalde.

Una Nabarra libre de nuevo, ocupará un lugar entre las sociedades con mayor nivel de vida de Europa y del mundo en función de cómo nos gestionemos, en función de nuestra más que demostrada capacidad de ser competitivos y de trabajar, únicas variables a considerar, el resto responde a la necesidad de asustar a una población decidida a ser libre de nuevo.


Un pequeño análisis de la situación económica actual

En la economía europea de los últimos años, el hito más importante es el proceso de convergencia en una zona económica común llamada Unión Europea, proceso que se produce desde la adhesión de muchos Estados libres, en este momento veintisiete.

Los Estados europeos han tenido que unir sus economías para hacer frente a los “tigres asiáticos” y EE.UU, para así evitar el colapso o falta de competitividad al que estaban avocados poniendo en riesgo el bienestar de sus ciudadanos, es la consecuencia de la globalización de la economía.
Para ello, dentro de la UE, los Estados actuales van cediendo voluntariamente soberanía económica en aras de un gran mercado interno, y su actuación es cada vez más restringida al no controlar las políticas monetarias y muchas de las políticas económicas (por ejemplo, el euro es interestatal y existe una Política Agraria Común para todos los Estados de la UE, el llamado PAC), lo que hace que el peso de los gobiernos centrales estatales sobre sus economías sea menor, lo cual nos ha beneficiado sobremanera a los vascos (sólo hay que ver la evolución de todos los índices macroeconómicos de los últimos 20 años).

Aunque la UE busca la uniformidad de las variables macroeconómicas de sus Estados miembro, hay muchas políticas que siguen siendo estatales, políticas fiscales sobre los impuestos de sociedades o de personas físicas, líneas de crédito a las exportaciones, acciones de I+D, formación continua, captación de inversiones etc., lo cual seguirá siendo siempre así, pues la competencia interna entre Estados es también necesaria, además que garantiza la cercanía de la administración a los problemas reales de los ciudadanos, lo que requiere de una gran descentralización de muchos servicios.

La convergencia total entre las economías de los diferentes Estados no es algo alcanzable ni deseable, pues los economistas saben que la centralización total y el gran tamaño no garantiza el bienestar de los ciudadanos (China o Rusia son enormes pero los ciudadanos de Andorra o Luxemburgo tienen un nivel de vida mucho más alto).
Pero es más, no es que no se busque la uniformidad económica total entre Estados, es que los grandes Estados europeos son entes que desde el punto de vista económico no dicen nada pues son tremendamente heterogéneos. Así, por ejemplo, Catalunya económicamente y socialmente está en las antípodas de Extremadura, luego sus necesidades de todo tipo son a la fuerza muy diferentes.

En nuestro caso, donde hay una autonomía fiscal parcial, ésta es dificultada constantemente al no tener las competencias plenas (al no ser un Estado soberano), lo que crea por un lado una gran incertidumbre y por otro evita poder tomar medidas más agresivas en momentos puntuales o simplemente las medidas económicas más adecuadas para las especificidades de nuestra economía. En la crisis actual, por ejemplo, las líneas de actuación más importantes las han marcado, básicamente, la UE y Madrid-París.
Además, existen muchas posibles medidas económicas sobre por ejemplo el INEM o pensiones entre otras transferencias no cedidas, así como 38% del total de lo recaudado por impuestos, que siguen en manos del gobierno central.
Pero el colmo son unas normas ambiguas que terminan siempre siendo interpretadas contra nuestros intereses en base a los conocidos como “criterios generales de armonización” entre las normas de las Haciendas de la CAV-CFN y las generales de España, recogidas en los “Conciertos Económicos”.

La conclusión es fácil, sin todas esas trabas y con todas las políticas económicas que aun tienen los Estados de la UE en nuestras manos, nuestro futuro económico sería mucho más tranquilo y ascendente.

Según comenta el economista Oskar Arantzabal: “Un reciente estudio americano, tras analizar las economías de Estados de todo el mundo, revela que el tamaño de un Estado más apropiado es alrededor de 5 millones de habitantes bajo los parámetros de renta per cápita, capacidad de hacer frente a las crisis económicas, proximidad al ciudadano de las administraciones públicas etc. En un país grande y bien gestionado, los costes per capita pueden ser bajos, pero las preferencias heterogéneas de una población grande hacen difícil prestar los servicios y formular políticas económicas. Países más pequeños pueden encontrar más fácil responder a las preferencias del ciudadano de una manera democrática.” “The size of nations” Alberto Alesina y Enrico Spolaore (2003).

El Estado de Nabarra tendría un tamaño y una cohesión social que haría su economía mucho más eficiente que la de Estados más grandes al adaptarse con más rapidez a los constantes cambios del mercado mundial y pudiendo dar a los mismos una respuesta mucho más ágil, lo que supone en la práctica un mayor nivel de vida, con el único condicionamiento de las variables macroeconómicas y las políticas económicas comunes de la UE.

El funcionamiento de la UE

El Parlamento Europeo cuenta con 626 escaños. Tiene poder legislativo pero sólo a nivel consultivo, elabora dictámenes no vinculantes (opiniones), salvo el presupuesto elaborado por la Comisión que puede rechazarlo pero no modificarlo.

Con el sistema de sufragio español-francés actual al parlamento de la UE, los partidos de ámbito vasco han logrado hasta 3 escaños, hoy por hoy poseen tan solo 2 y pronto sólo tendrán uno o ninguno si se cambia la ley de votaciones (circunscripción única), tal y como se está proponiendo desde el gobierno central español con el único propósito de propiciar esta circunstancia. A un Estado nabarro le corresponderían como mínimo 5 escaños en el Parlamento europeo por su población.

El Consejo Europeo de jefes de Estado y de Gobierno y La Comisión Europea, son los órganos ejecutivos de la UE. Ante la gran cantidad de Estados miembros, llegan a acuerdos mediante Consejos de Ministros de los diferentes Estados, unos 100 al año, según el tema a tratar se reúnen diferentes ministros de los Estados miembros que defienden sus intereses particulares; el más importante, como no, es el del “Ecofin” (Economía y Finanzas). En estos órganos los nabarros no estamos presentes.

Pero aunque cada Estado hablase tan sólo 10 minutos, las reuniones durarían casi cinco horas (27 Estados por 10 minutos, 270 minutos). En la realidad, los ministros se reúnen para firmar acuerdos del Coreper (Comité de Representantes Permanentes), que no es más que la legión de funcionarios que cada día se reúnen, discuten y llegan a acuerdos que los Ministros tan sólo firman. Coreper donde los nabarros tampoco estamos presentes.

España y Francia tienen unos intereses económicos diferentes a los nuestros (e intereses políticos contrarios a los nuestros), en el caso de España mayores en el sector del turismo y en la agricultura, por tanto es imposible que España o Francia representen adecuadamente a la economía vasca en órgano europeo alguno (sólo hay que ver el nulo interés español para solucionar el tema de la pesca para los arrantzales bizkainos y gipuzkoanos, por ejemplo). Nuestros intereses económicos están sometidos a la de los Imperios que nos conquistaron.

Es imposible una Europa de los pueblos cuando está creada y organizada por los Imperios y Estados para satisfacer sus necesidades ante la globalización de las economías y no desde la democracia y los diferentes pueblos europeos, además de ser físicamente inviable.
Una importante conclusión de todo esto es: en la configuración de la Unión Europea presente y futura, si uno no es un Estado, tu poder de decisión es nulo.

Sobre el veto a Nabarra

No está contemplado en ningún acuerdo de la UE como actuar en caso de que se cree un nuevo Estado o recuperara su independencia un Estado de UE militarmente ocupado (como Nabarra). En el caso del Estado belga, que pudiera dividirse entre valones y flamencos, es impensable que los Estados surgidos de esta división quedaran fuera de la UE.

La entrada recientemente en la UE de nuevos Estados, ha supuesto también un cambio en la forma de entrada de futuros nuevos socios, tomándose la decisión por mayoría de Estados y eliminando el derecho al veto existente hasta ahora, es decir, el veto español o francés a Nabarra no impediría su continuidad en la UE.

Por tanto la UE no niega la autodeterminación de un Estado ocupado como Nabarra, sería un nuevo Estado con el que negociar su entrada y punto.
El Estado de Nabarra no requeriría ni tan siquiera de un proceso de adaptación a la UE, pues cumpliría desde el principio, y con creces, con todos los requisitos tanto económicos (PIB, endeudamiento público etc.) como políticos para pertenecer a la misma (ser una democracia en apariencia y tener una cultura europea), pues hace tiempo que está plenamente dentro de la UE todo su territorio.

La globalización

El mercado es global (mundial), el crecimiento de la demanda de un producto tiene una respuesta inmediata por parte de la oferta, que traslada los centros de producción a aquella parte del mundo donde los recursos sean más eficientes, para poder ser así el más competitivo.
No sólo se mira que la mano de obra sea la más barata, también entran en juegos otros muchos parámetros económicos: mano de obra cualificada (si el producto lo requiere), leyes estatales propicias (impuestos de sociedades bajos, ayudas económicas para la instalación etc.), el suelo industrial disponible y su coste, cercanía al punto de venta (costes de transporte), infraestructuras (aeropuertos, autopistas etc.), estabilidad social (conflictividad sindical, conflictos armados etc.), estabilidad económica (estabilidad en el cambio monetario, inflación etc.) entre otras variables.

Con un mercado libre con grandes multinacionales, con toda la información al alcance de la mano, uno compra al más barato del mundo dentro de sus necesidades o calidades. Los mercados internos, por muy cautivos que fuesen en su día, hoy son insuficientes ante la llegada de las multinacionales de cualquier parte del mundo, la competencia es a nivel mundial.

Según muchos economistas, las deslocalizaciones naturales de la economía mundial no son tan importantes como se pueda pensar, un Estado libre puede hacer frente a este fenómeno con las políticas locales: mejora de las infraestructuras, normas fiscales, suelo industrial, ayudas a la formación continua etc.
Sí son preocupantes las deslocalizaciones políticas como las que padecen Estados como el nabarro, dependientes de la voluntad de España y Francia, que tomando decisiones puramente políticas pueden desmantelar toda la siderurgia sin más, navales o incluso, recientemente, llevarse bancos y hasta intentos de deslocalizar empresas punteras nabarras sólo por motivaciones políticas o de castigo.

CONCLUSIONES

Mientras Europa camina firme hacia la construcción de la Unión Europea y el mundo hacia la globalización, los vascos no tenemos voz propia para defender nuestra economía en los foros europeos, que es donde se está tomando las grandes decisiones. Los gobiernos delegados de España en la CAV o CFN (en Iparralde ni existen) se encuentran muchas veces impotentes por falta de competencias que todos los Estados europeos poseen y con enormes trabas internas-externas para desarrollar los Conciertos Económicos o la normativa fiscal y medidas económicas necesarias para el desarrollo de la economía nabarra en aras a mejorar el bienestar de sus ciudadanos.

El poder político controla el económico, todos los que ahora miran a Madrid o París, en una Nabarra independiente, pasarían a posar sus ojos en Iruña-Pamplona, pues en ello les iría su cuenta de resultados, eso es así en todas las partes del mundo, no seríamos una excepción.

La gente no mira de donde es un producto sino la calidad y el precio, ¿acaso un español no compra carne argentina porque esta excolonia española se independizó?. El argumento del boicot por el patriotismo español herido es infantil. España no es una gran potencia económica y el mercado actual para una empresa es mundial (tenemos un claro ejemplo en MCC), el porcentaje de españoles (franceses) que mira la procedencia de los productos que compra es insignificante y casi nulo los que rechazan los productos de algún país en concreto.

La libertad es la principal fuerza productiva de un pueblo. Como bien dice el ex Secretario General del sindicato ELA y ex Director de la cooperativa puntera Irizar, Kepa Anabitarte: “La libertad es un factor determinante de desarrollo económico, sólo hace falta constatar que los países más libres son los más desarrollados”.