MANIFIESTO IDEOLOGICO

MANIFIESTO IDEOLOGICO

Aitzol Altuna Enzunza


“El entresijo esencial de una nación, se compone de estos dos ingredientes: primero, un proyecto de convivencia total en una empresa común; segundo, la adhesión de los hombres a ese proyecto incitativo”. José Ortega Gasset “La rebelión de las masas” 1937.

Hoy más que nunca debemos de tener claro lo que es la política: “Cualquier grupo social con un acervo de fuerza suficiente para alterar el complicado y siempre tenso equilibrio –recuérdese la imagen heracliana de la flecha y el arco- puede considerarse un potencial agente político. Lo primero que ahora necesita para convertirse en tal es cobrar conciencia de su propia especificidad objetiva y traducirla políticamente. Ello significa perfilar conscientemente su identidad en el plano ideológico, delimitar políticamente sus objetivos, esbozar con detalle suficiente las condiciones generales que posibilitan el mantenimiento y/o el desarrollo sin obstáculos de su lugar y su función en la historia”. Joseba Ariznabarreta “Euskadi, aproximación política” y “Pueblo y Poder”.




Renunciar a hacer política o dejar la misma en manos de los agentes imperialistas, representados en nuestro Pueblo por los partidos políticos y el “terrorismo individual”, es una muerte segura.

El poder es el constitutivo esencial del Pueblo, es lo que le confiere realidad a dicho Pueblo. El poder es indivisible, sólo en un plano conceptual podemos dividirlo.
Así, no tenemos en este momento en grado suficiente dos de los tres poderes sociales: ni el poder político ni el económico, pero sí podemos llegar a tener el tercero: el poder ideológico. Todos estos poderes van unidos como hemos dicho, y al aumentar uno de ellos aumentamos los demás: más gente con nuestra ideología nos dará más recursos económicos y más poder político o de coerción que es nuestro objetivo.

El poder político y el económico son medibles: el armamento disponible y el PIB, por ejemplo. El poder ideológico sin embargo no es medible, por eso nadie se ve inferior a otro en este plano del poder. Para una persona normal es imposible aceptar que haya culturas superiores a la suya, ni idiomas más “modernos”, Pueblos con una historia más interesante o simplemente pueblos mejores que el suyo (al igual que nadie cambiaría de padres). Pero un Pueblo controlado militarmente por otro tiene dificultades y trampas para desarrollarse en el plano ideológico, esa es nuestra realidad.

En las ikastolas se enseña la historia de España, cuando salen de las mismas, nuestros hijos no son capaces de nombrar a ninguno de nuestros más de 40 jefes de Estado o reyes y carecen de la más remota idea de la historia de nuestro pueblo (nuestro origen y evolución histórica desde la prehistoria hasta el presente), ni tienen capacidad para analizar la bazofia rojigualda que el imperialismo quiere hacer pasar por “política”; qué decir entonces de los que fueron educados en las “escuelas nacionales” españolas o francesas.

Esta ideología que necesitamos ya está en marcha y tiene varias “ideas fuerza” que van echado raíces en nuestro Pueblo en base a las cuales debemos unirnos: somos un Pueblo con nuestro Estado invadido y debemos de recuperarlo para recuperar nuestro destino: formémonos y formemos a los demás para aumentar nuestra fuerza.

Este siglo XXI ha de ser a la fuerza de nuevo el siglo de NABARRA, nos toca a los nabarros repetir la hazaña como en las dos Batallas de Orreaga contra el imperialismo franco que nos llevaron a crear nuestro Estado. El Estado de Nabarra es nuestra historia pero sobre todo es nuestra realidad: nuestro Estado invadido por españoles y franceses. Renunciar al Estado de Nabarra es perder una posición ganada, y eso en política se paga muy caro.

Pero la FUERZA ideológica sólo tiene sentido si está ESTRATÉGICAMENTE DIRIGIDA y se convierte así en PODER ideológico, en caso contrario será fácilmente recuperable por el imperialismo, integrándolo en su sistema totalitario de partidos que no deciden nada y de escuelas que educan a nuestros hijos como si fueran de otra nación distinta a la nuestra, la nación-Pueblo que el imperialismo intenta construir: por eso “Saber es Poder” (“Knowledge is Power”, Francis Bacon).

La victoria no es de los que esperan sino de los que se preparan, debemos de preparar a nuestro Pueblo para poder tener una nueva oportunidad de conseguir liberar nuestro Estado. Del Pueblo debe de salir una clase dirigente preparada que marque la estrategia para acumular fuerza suficiente, que haga que llegue esa oportunidad o sepa aprovecharla cuando surja.

A los vascos nos ha faltado y falta un liderazgo, una clase política vasca (por tanto afirmo que la actual no lo es), que nos conduzca a la independencia y no a morir en brazos de nuestros enemigos y que debe ser la marque la estrategia a seguir para crear un Gobierno provisional, que será el embrión de la restauración del Estado de Nabarra cuando surja esa oportunidad.

Esos dirigentes deben de estar apoyados en un proyecto nacido desde abajo, desde una fuerte base social ideológicamente bien cohesionada, desde el Pueblo que los sostenga, si no, esos líderes serán presa fácil para el imperialismo y su estructura asimiladora y represiva (los atacará por sus puestos de trabajo, familia, usará la manipulación mediática y si hiciera falta la represión policial, judicial etc.).

Esa clase dirigente es la que debe conducir a nuestro Pueblo hacia la libertad y hará que surja una nueva oportunidad como la que hubo en 1936 o durante la Primera y Segunda Carlistada en el siglo XIX, con nuestro Pueblo alzado en armas pero con unos líderes que no supieron dirigirlo, o la oportunidad desperdiciada por unos arribistas en los años 70 del pasado siglo, oportunidades que habrá de nuevo sin duda en este siglo de esperanza que comienza, pero esta vez nos tienen que pillar con los deberes hechos.

Hoy por hoy, sólo una ideología fuertemente cohesionada e implantada en nuestro Pueblo nos puede llevar a acumular fuerzas que nos den una oportunidad de lograr de nuevo la libertad: esa debe ser nuestra estrategia a corto y medio plazo, y de ella surgirá gente más preparada que continuará la labor marcando los tiempos y la estrategia en cada momento hacia la ansiada libertad.

“No es digno de ser libre el pueblo que sufre pacientemente la esclavitud. Mas el pueblo que tiene encadenado el cuerpo, pero libre y altivo el espíritu, es desgraciada víctima, pero no vil esclavo.” Bizkaitarra nº 28, Areitz Orbelak”, Sabino Arana.
“El Estado no es una forma de sociedad que el hombre encuentra dada y en regalo, sino que necesita fraguarla penosamente.” José Ortega Gasset “La rebelión de las masas”, 1937.

LIZARDIren bertso baten moldaketa:

NAFAR PIZKUNDEA
Egizute nerekin
Estatu bidea.
Bildu dezagun nun nahi
asaben lorea.
Ta gaur danik gorritu
gure sukaldea.
Ni nor naizen? Asmatu.
Nafar pizkundea.