EL MOVIMIENTO NAFARZALE VA TOMANDO LA CALLE
Gracias a la coyuntura política actual, se ha abierto un período de reflexión que puede ser muy interesante si tenemos humildad y sentido nacional. En esta coyuntura, el movimiento nafarzale -Nabarra Estatu Mugimendua-, está cumpliendo una importante misión, pues sus reflexiones están siendo tremendamente acertadas y aceptadas, al menos en la Comunidad Foral Navarra o Alta Navarra.
Es verdad que la primera “victoria” del movimiento nafarzale ha sido en el terreno interpretativo de nuestra historia en el año 2012, la cual estaba muy desenfocada y escondida tras la lucha foral del siglo XIX. Pero “al César lo que es del César” y pronto hará un siglo que historiadores e importantes políticos de todas las familias políticas vascas adelantaron ésta cuestión, aletargada después por la lucha contra el fascismo español. Entre estos políticos estaban gentes tan significativas del nacionalismo vasco como Anacleto Ortueta, José Antonio Agirre, Manuel Irujo, Telésforo Monzón, Federico Krutwig, el recientemente fallecido Joseba Álvarez Enparantza “Txillardegi” y ahora por ejemplo el nuevo alcalde de la capital Joseba Asiron, entre otros muchos.
Bernardo Atxaga: "Nos separan sólo 6 abuelas del reino de Nabarra".
El movimiento nafarzale ha devuelto la centralidad de nuestra política a Nabarra, el Estado baskón que no “la provincia” en la que convirtieron los militares españoles la parte medular de Nabarra en 1841 tras 1.000 años de ser un Estado, aunque estuviera para entonces conquistado en un largo proceso que duró siglos, militarmente ocupado, perseguidos sus defensores y derogadas casi todas sus leyes más importantes.
Todo ello tiene indudables consecuencias políticas: al interpretar correctamente la situación histórico-política, la conclusión que a muchos les está costando digerir, es que: no necesitamos construir una nación, ni siquiera un Estado nuevo: ya somos una nación, ya tenemos un Estado. Debemos de pasar “de la lucha para la creación y la reivindicación de la nación vasca” del abertzale, a la “lucha para la liberación de nuestro Estado” del nafarzale.
Esto es revolucionario para nosotros, supera con creces el “Euskadi da euskaldunen aberria” de Sabino Arana. “Euskadi” es un término reciente sin apenas historia e inventado por una persona, nación a construir, derechos “históricos” difíciles de ejercer al enredarlos en la maraña judicial imperialista mezclados junto con revisiones forales y/o estatutos, lo que ha hecho pasar a “Euskadi” de un proyecto de nuevo Estado vasco a un nombre de una Comunidad Autónoma española más con las tierras de la Nabarra Occidental.
El intento de cambiar el término “Euskadi” por el varias veces centenario aunque lingüístico “Euskal Herria” (literalmente “tierras del euskera”), usado con un sentido político desde hace menos de 10 años, desenfoca aún más la cuestión, al perderse totalmente la referencia histórica común y lo que es peor, pierde lo que es políticamente fundamental: recuperar nuestro Estado, ser dueños de nuestro futuro, de lo cual depende el propio euskera y en general el Pueblo vasco o Euskal Herria.
"Euskal Herria dugu kultura eta hizkuntzaren alorrean, baina politikoki Nafarroa da Estatua. Horretarako egin behar duguna da aldaketa sakon bat" Ainhoa Aznarez, presidenta del parlamento español en la provincia española de Alta Navarra. Está claro que hay mucho que andar, pero el camino está marcado.