EL IMPERIO MENGUANTE


EL IMPERIO MENGUANTE

Aitzol Altuna Enzunza

Cronología del imperio menguante:


“Estamos presentes para decirles qué significa para nosotros el 12 de octubre (de 1492): el inicio de la usurpación de los derechos de los pueblos indios y la imposición de una civilización europea única. (…) Estamos aquí para demostrar que nosotros, descendientes y herederos de aquellas naciones territorialmente invadidas y políticamente colonizadas, estamos volviendo a organizarnos con nuestros propios valores para volver a ser lo que fuimos antes de la colonización: ¡Libres!” Octubre de 1986, extracto del manifiesto de las naciones indias aymará, koya, kamsá, kuna, maya-cakchiquel, purépecha y quechua ante la Comisión española del V Centenario.

Nuestra libertad interna o democracia hacía que los nabarros no codiciáramos más que lo que era nuestro, por eso “no tenemos Imperio y así está bien. Lo nuestro es la libertad”, recordaba el ensayista político Joxe Azurmendi. Pero la libertad en la que vivía Nabarra en los siglos XVI-XVII molestaba a los integristas religiosos de su momento: España y Francia, los “reyes católicos” y “los reyes cristianísimos”, según los títulos otorgados por el emperador del Vaticano, el libertino Alejandro VI Borgia.

Nicolás Maquiavelo fue un observador avezado de aquellos tiempos, el cual nos dejó escrito para la historia en su libro “El príncipe” sobre Fernando II de Aragón “el Falsario” y la invasión de Nabarra de 1512-1516: “Para poder llevar a cabo empresas mayores, siempre sirviéndose de la religión, recurrió a una devota crueldad (…). El rey de España ha querido fortificarse en el reyno de Navarra, que ha conquistado y cuya posesión deseaba” (…) “Los hispanos, por el contrario, ocultan y se llevan cuanto han hurtado, de tal suerte que no se vuelve a ver nunca nada de lo que han hurtado”. Recordaba el doctor en historia Manex Goyhenetche en su libro “Historia General del País Vasco” que “Nabarra fue el primer laboratorio de observación y aplicación del maquiavelismo” (Edit. Ttartalo 2005).

En contra de la voluntad de los propios Reyes Católicos, la unión de las coronas castellano-aragonesa se consolidó gracias al empuje militar y sobre todo religioso de su nieto, el emperador franco Carlos V de la familia de los Habsburgo. Los Habsburgo o Casa Austria, terminaron coronando un Imperio con 17 Estados y condados “donde no se ponía el sol”, pero donde cada cual tenía sus instituciones, leyes o Fueros, Cortes y Parlamentos, por lo que era la unión de diferentes reinos en un mismo Emperador, hecho muy frecuente en toda la Edad Media y Edad Moderna europea. Carlos V de Alemania será, Carlos I de Castilla, de Aragón, de León, de las dos Sicilias, de Nápoles etc., pero no fue rey de una inexistente España, ningún Habsburgo tuvo el título de rey de España. Es más, aunque intentó titularse Carlos VI de Nabarra, este título era de los Albret o Labrit que siguieron reinando tras liberar una parte de Nabarra desde 1530.

La unión dinástica no supuso la creación espontánea de la nación española y ni tan siquiera de España o del actual Estado español. La corona de los Habsburgo, en su parte hispana, pasó a los Borbones a principios del siglo XVIII con el francés Philippe V de Anjou, que tampoco será “rey de España”. Una sentencia del Tribunal Supremo español de diciembre de 2017 sobre el marquesado de Orya (perteneciente al reino de Sicilia de la Corona aragonesa), señala que: “A los títulos nobiliarios concedidos por la Corona de Aragón no les es de aplicación la legislación castellana” y añade que la firma del Duque de Anjou nunca incluyó la palabra “España”, que tampoco figuró nunca en las rúbricas de los reyes de la casa de Austria ni tampoco en las de los Reyes Católicos.

El desmoronamiento de aquella corona se produjo muy pronto en África (resurgiendo después en el siglo XX) y en gran parte de Europa, pero duró hasta el siglo XIX en América o en Filipinas. El propio Nicolás Maquiavelo advertía de la necesidad vital del hombre y de todo pueblo de ser libre: “Y quien se adueñe de una ciudad acostumbrada a ser libre y no la destruya, que se espere ser destruido por ella, porque el nombre de la libertad y de las antiguas instituciones siempre encuentra refugio en la rebelión, y ni el tiempo transcurrido ni los beneficios obtenidos pueden hacer que sean olvidadas”.

Hasta la invasión francesa (1808-1814), Castilla y Aragón eran totalmente soberanos en su territorio. Dentro de la corona de Castilla, cada territorio conquistado del reino de Nabarra mantenía su autonomía aunque no eran soberanos, virreyes y corregidores así como todos los cargos eclesiales o funcionarios reales castellanos, gobernaban e intentaban imponer las necesidades económicas de la corona como al resto de colonias, además del idioma castellano.

Las colonias de ultrapuertos aprovecharon la coyuntura favorable de la toma por el ejército napoleónico de lo que se llamaba Las Españas en 1808 para lograr su independencia, gracias a la traición a de los reyes franceses de la familia de los que se pasaron al bando napoleónico Bourbones y de su primer ministro Godoy. El referente de las colonias americanas españolas era la independencia conseguida por Estados Unidos en 1776 de Inglaterra. El político e historiador mexicano Lucas Alamán (1792-1853) en “Historia de México”, comenta que la mayoría de los conquistadores de América eran de Extremadura -de Badajoz y de Medellín-, y los que provocaron la caída del Imperio español fueron “de las provincias vascas”. Nuestros ancestros, imbuidos pese a todo en el derecho pirenaico y las ansias de libertad, coadyuvaron activamente a liberar los grandes territorios americanos colonizados por los españoles, pero 200 años después aún nos queda por descolonizar nuestro propio país.

El caraqueño Simón Bolívar (1783-1830) vivió durante un período de trece meses en el país de sus antepasados residiendo en el Casco Viejo de Bilbao. Simón Bolívar aprovechó ese año para visitar junto a su pariente Pedro Antonio Bolívar de Munguía el árbol de Gernika, símbolo de las libertades vascas y donde se reunían las Juntas Generales de Bizkaia. Estas Juntas Generales tuvieron su réplica después en las similares Juntas Criollas que gobernarán los territorios alzados contra el imperialismo español. El caraqueño relata en una carta la emoción que le produjo visitar el pueblo de sus antepasados, la Puebla de Bolibar de cuya casa Rementeria salió hacía 5 generaciones Simón Bolívar “el Viejo”, que consiguió que Caracas fuera la capital de Venezuela.

Bolívar acudía con asiduidad a las tertulias enciclopedistas que daban Antonio Adán de Yarza Vélez de Larrea y Tavira del palacio Zubieta de Ispaster, formado en el Seminario de Nobles de Bergara, junto a su amigo Valentín Tadeo de Foronda que además de al Seminario pertenecía a la Real Compañía de Filipinas. Ambos estaban relacionados con los enciclopedistas franceses desde su centro neurálgico que tenían en la calle Bidebarrieta del Casco Viejo bilbaíno (hoy una preciosa biblioteca pública), donde se hacían las tertulias ilustradas de la villa a las que acudía son asiduidad el joven Bolívar. Por tanto, la ilustración de Simón Bolívar y gran parte de su cultura política la adquirió en ese año que estuvo en Bilbao. Bolívar en sus "Escritos políticos" dirá después:” “Es más difícil, dice Montesquieu, sacar un pueblo de la servidumbre que subyugar uno libre. Esta verdad está comprobada por los anales de todos los tiempos, que nos muestran las más de las naciones libres sometidas al yugo y muy pocas de las esclavas recobrar su libertad".

Mientras, en la península ibérica, surgía la idea de un Estado español a imitación de lo que la Revolución Francesa primero y Napoleón después estaban haciendo en Francia: un Estado centralizado, monolingüe en castellano y uniformizado en leyes y “ciudadanos”, lo que llevaba implícito acabar con los Estados anteriores y por tanto también con las naciones de esos Estados para crear la nación española, que aparece por primera vez definida en la Constitución de Cádiz de 1812. Es la nación española como si de un Madrid centrifugado se tratase: “Don Fernando VII, por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía española, Rey de las Españas (sic.): Art. 1º. - La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”. En la corona de Aragón, los valencianos se alzaron por el absolutismo borbónico al grito de “queremos las cadenas, fuera la nación”, esa nueva nación que querían imponerles y que no era la suya.

La creación de España en el siglo XIX, chocó con el sentimiento libertador del pueblo nabarro o baskón, el cual, pese a la ocupación militar española y francesa, se mantuvo firme en su lucha por los Fueros o leyes propias todo ese siglo, rebajándolo a un “Estatuto” en el siglo XX. El gran General carlista Zumalakarregi definió su lucha en “defender nuestra libertad que son los Fueros (…) nuestras cosechas, nuestros ganados, nuestras costumbres (…) nuestros derechos, nuestra religión y nuestro Dios”. El político suletino Agosti Xaho comentó entonces: “La envidia de los castellanos fue el primer motivo de esta guerra. No podían sufrir que las provincias vascas se administraran por sí mismas, en completa independencia (…)".

El falso imaginario histórico del nacionalismo español, donde la unidad española se produjo en época romana o antes, les lleva a una agresividad permanente hacia todas las demás naciones peninsulares que no son más que el último reducto de todas las colonias castellano-aragonesas, atacando sus idiomas o cualquier ley que no sea común a todo el territorio estatal, aunque jamás se ha producido tal circunstancia (ni durante las dictaduras), lo que conlleva a menospreciar la historia de los Estados que no sean el castellano (ni siquiera el aragonés se libra) y sus idiomas propios, e intenta imponer su modelo y sus deseos de una nación común sobre cualquier otra circunstancia, aunque sea mediante el genocidio (única forma de interpretar los 114.000 desaparecidos y los 40 años de represión fascista o nacional-católica posterior).



El nacionalismo español no se reconoce a sí mismo, oficialmente no existe. Cuando queremos referirnos a su ideología se usan adjetivos periodísticos como “españolismo” y en las redes sociales o en las conversaciones de a pie se les llama abiertamente “fachas”. Pero facha viene de la síncopa de fascista, por ser el dictador de ideología fascista Francisco Franco el mejor resumen del nacionalismo español (nacional-catolicismo entonces), cuando en realidad hay muchos nacionalistas entre los españoles de partidos posicionados como de izquierdas, siendo del todo cierto que lo más parecido a un nacionalista español de derechas es otro de izquierdas. “Quisiéramos un Gobierno que prohibiese los Juegos Florales, que no permitiera la literatura regionalista, que acabara con todos los dialectos y todas la lenguas diferentes de la nacional” Parlamentario del PsoE en las Cortes de Madrid durante la Segunda República española en 1931 (“Asedio a Euskadi” J.M Torrealdai).

Un nacionalista español cree que la única forma de ser español es la suya, cualquier otra manera de concebir España o Las Españas es inaceptable para esta ideología. El supremacismo del nacionalismo español  lo resumía así el poeta castellano Antonio Machado en el año 1937: “De aquellos que dicen ser gallegos, catalanes, vascos antes que españoles, desconfiad siempre. Suelen ser españoles incompletos, insuficientes, de quienes nada grande puede esperarse”. Esta frase resumen perfectamente la forma de ver a los demás españoles y a las demás naciones peninsulares del nacionalismo español: son unos mentirosos porque sí que son españoles, pero son “incompletos”, pero hay que desconfiar de ellos, tienen una minusvalía mental que los hace españoles “insuficientes” y no se puede esperar nada “grande” de ellos, entendiendo en ello un acto patriótico por España.

El peor enemigo del nacionalismo español lo constituyen precisamente esas naciones que no quieren dejar de serlo. Los filósofos españoles más ilustres saben que en realidad el nacionalismo español no es más que el nacionalismo castellano-madrileño del siglo XIX que se trata de imponer a los ciudadanos de los Estados que conquistó (Nabarra y Granada) o a los que se unió (Asturias-León y Aragón). Ortega y Gasset en su libro “España Invertebrada” era sincero cuando decía: “no se le dé más vueltas: España es una cosa hecha por Castilla” y después añadió “Castilla hizo España y Castilla la deshizo”. El bilbaíno Miguel de Unamuno pensaba lo mismo: “España tenía dominios allende los mares, predominó y debió predominar Castilla, el pueblo central, el más unitario y más impositivo, sí, pero el menos egoísta. Gran generosidad implica el ir a salvar almas, aunque sea a tizonazos”. Almas de allende de los mares y de estos mares.

Frente a la “normalidad” del nacionalismo español, nacionalismo gallego, catalán o vasco (aunque hay más aún no castellanizados del todo), son artificiales, recientes en la historia, y en el fondo no son más que intereses económicos particulares escondidos en falsas diferencias lingüísticas (porque todos hablan español, es decir, el castellano) o históricas; son nacionalidades inventadas por unos personajes racistas y paletos, contra natura, a los cuales intentan ridiculizar constantemente.

¿Y los nabarros? De Nabarra mejor no le hables a un español, porque Nabarra, es cuestión de Estado: “Pro libertate patria gens libera state; por la libertad de la patria, nabarros, no permitáis nunca que la llama de la libertad se extinga en el interior de una sola casa, de un solo pecho nabarro” Manifiesto de Hondarribia, Orreaga Iritzi Taldea. El derecho de libertad, libre disposición o autodeterminación de todos los pueblos es el derecho de independencia unilateral, incondicional e inmediata frente al imperialismo, según la resolución del Tribunal de la Haya del 15 de julio del 2010 y ratificado en diciembre de ese año por la ONU.


COLONIAS ESPAÑOLAS O CASTELLANO-ARAGONESAS Y LA FECHA DE SU INDEPENDENCIA, y no están todas pues hay algunas pequeñas islas y plazas no incluidas:


  • AMÉRICA

- Antigua y Barbuda (1632)
- Bahamas (hasta 1670),
- Trinidad y Tobago (1674), Granada (1674),
- Jamaica (hasta 1655),
- San Cristóbal y Nevis (Saint Kitts y Nevis),
- Dominica (1783)
- Barbados (1624)
- Santa Lucía (1654)
- Luisiana: cedida por Francia a España desde 1762 hasta 1801 (Estados de Luisiana, Arkansas, Oklahoma, Kansas, Nebraska, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Wyoming, Montana, Idaho, Minnesota y Iowa).

- México 1810
- República bolivariana de Venezuela 1811
- Argentina 1816
- Chile 1818
- Colombia1819.
- Panamá se separa de Colombia en 1903
- Perú 1821
- Honduras, Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Nicaragua 1821
- Islas Malvinas (hasta 1810)
- Ecuador 1822
- Bolivia 1825
- Uruguay  1825
- Paraguay 1842
- Cuba 1898
- Puerto Rico 1898

  • ASIA

- Capitanía General de las Filipinas (1565-1898) que incluía Sabah (norte de Borneo 1521-1885).
- Protectorado sobre Camboya (1597-1599).
- Norte de Taiwán (Gobernación española de Taiwán 1626-1642).
- Brunéi (72 días en 1578).
- Papúa Occidental y las regiones de Nabire y Yapen Waropen en Indonesia (1606-1663).
- Ternate (1606-1663) y Tidore (1526-1663) Indonesia.
- Nagasaki (Japón 1581-1587).
- Tahití (1774-1775)
- Filipinas (1898)

  • ÁFRICA

- Orán (Oranesado 1509-1708, 1732-1791) y Mazalquivir (Argelia).
- Argel (1510-1530) Argelia junto a numerosas plazas.
- Trípoli occidental (1510-1551) cedida a la Orden de Malta 1523, Libia.
- Túnez (1535 y 1574).
- Tetuán (1860-1862) y (1912-1956 cosoberanía).
- Gran Ifni (1860-1969, Marruecos).
- Marruecos (1912-1956, protectorado español).
- Guinea Española (1843-1968).
- Sáhara español (1885-1975).

• Plazas de soberanía española actualmente:

- Islas Canarias (desde 1478).
- Melilla (desde 1497)
- Peñón de Vélez de la Gomera (1508-1522; desde 1564).
- Isla de Limacos (desde 1509).
- Isla de Alborán (desde 1540).
- Islas Alhucemas (desde 1559).
- Ceuta (desde 1580).
- Las islas de Perejil (desde 1580)
- Islas Chafarinas (desde 1848).


  •  ARCHIPIÉLAGOS ATLÁNTICOS:

- Isla de Pascua (1770): ceremonia de toma de posesión, sin dominio efectivo.
- Islas Marianas (1521-1899): actuales Guam e Islas Marianas del Norte.
- Islas Carolinas (1528-1707, 1875 y 1885-1899): República de Palaos, Estados Federados de Micronesia, Islas Marshall (1885), Islas Gilbert e Islas Santa Cruz.
- Islas Vanuatu: corta duración (1606).

  • EUROPA

- Portugal: desde 1580 hasta 1640. Además se incluyeron todos los territorios del Imperio portugués.
- Franco Condado (1654-1679) y Charolais: en la zona centro-oriental de Francia.
- Ducado de Milán (Milanesado): en el norte de Italia.
- Países Bajos Españoles: Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos, actual norte de Francia, Artois, Ardenas, Mosela, Norte-Paso de Calais, y En Alemania occidental Bitburg-Prüm.
- Olivenza: desde 1297 (Portugal).
- Baja Navarra: 1512-1530.

  CORONA DE ARAGÓN:

- Ducado de Atenas: 1310-1444.
- Reino de Nápoles: el actual sur de Italia, junto con las islas de Sicilia, Cerdeña y Malta
- Rosellón: Catalunya Norte entregado a Francia (1659 Tratado de los Pirineos), salvo el enclave de Llivia.

El mismo tratado (1659), creó la cosoberanía franco-española sobre la Isla de Los Faisanes o Konpontzia sobre el río Bidasoa, el único caso actual de una cosoberanía en el mundo.

En Europa, la única colonia que queda a España es Nabarra y la plaza portuguesa de Olivenza.

Ninguna de todas estas colonias se ha independizado mediante referéndum ni ha tenido la menor intención de volver a integrarse en el imperio español.

Catalunya también se puede considerar una colonia, pues todos los intentos que ha hecho para no integrarse en la corona castellano-española desde XVII, han sido brutalmente reprimidos contra los deseos de libertad del Pueblo catalán, la última vez el 1 de octubre del 2017, represión contra el Pueblo catalán que hoy sigue y sigue...