NAFARRA NAIZELAKOTZ, ESPAINOLA EZ NAIZELAKOTZ

NAFARRA NAIZELAKOTZ, ESPAINOLA EZ NAIZELAKOTZ

Aitzol Altuna Enzunza



No creo que se pueda hacer ningún análisis político, ni se pueda debatir sobre el tema vasco si se parte de fundamentos históricos que no son reales. Pero como bien dice Joxe Azurmendi, “Los vascos no necesitamos un pasado mejor, sino un futuro mejor”. No es cuestión de que el Estado vasco se llame de una forma u otra, la cuestión es que no se puede crear un nuevo Estado vasco al margen de nuestra historia, pues caeríamos en el mismo error que anteriores políticos nuestros, produciendo el mismo efecto: que muchos vascos no se viesen reflejados en ese proyecto.

En el libro “Euskadi Aproximación política, prolegómenos para un debate” decía Joseba Ariznabarreta:

“A partir de la fecha en que los Estados que denominamos modernos inician su desarrollo –en plena Edad Media– los distintos territorios que integran Euskal Herria no han gozado ya de otra independencia que la que les ha conferido y garantizado el hecho de haber formado parte del Estado Nabarro, cima de nuestro proceso de institucionalización del poder político. Por ello el Estado español y francés han tratado – a lo largo de muchos siglos y con toda clase de medios– de acabar con el Estado Nabarro sin conseguirlo del todo. La historia nos enseña que nuestra lucha continua por la libertad ha sido la lucha por la recuperación de la estatalidad que el nacionalismo español y el francés han pretendido aniquilar. Los indiscutibles éxitos que han logrado –que constituyen el an¬verso exacto de nuestros fracasos– solo tienen explicación en una cuasi-permanente incapacidad para dotar al admirable espíritu de lucha de nuestro pueblo de la racionalidad política que lo convierta en sinónimo de eficacia.”(…) “La EXIGENCIA INMEDIATA de un Estado moderno con las funciones, competencias y régimen que las circunstancias de todo género permiten y exigen en la actualidad, núcleo esencial en torno al cual debe girar necesariamente una estrategia vasca de liberación democrática o nacional en la presente etapa. Ninguna otra forma de estructuración política a la sombra de un Estado que no sea el nuestro debe aceptarse ni siquiera como estadio intermedio.” Esto es autodeterminarse y no otra cosa.

Los vasconabarros no estamos aquí, siglo XXI Europa, y mantenemos nuestra idiosincrasia incluido nuestro idioma nacional (odolaren mintzoa) porque vivíamos aislados entre montañas, lo vascos hemos llegado al siglo XXI porque cuando aparecieron los Estados conseguimos unirnos en torno al nuestro: Nabarra. 

Sólo la existencia y la creación en estas tierras de la herramienta política más potente que jamás tuvo el hombre controlada por vascos, explica la supervivencia de nuestro Pueblo. La existencia de un Estado justifica la de todos los demás, es imposible hacerles frente de cualquier otra forma.

 La maquinaria política que supone el Estado es la única que nos puede garantizar a los vascos nuestra existencia. Sólo la protección de un Estado unido a la voluntad de los vascos por hablarlo, garantizaría la supervivencia del euskara. Por todo ello, no se puede menospreciar la existencia del Estado de Nabarra ni se puede construir nada que aglutine a todos los vascos de espaldas a esa realidad histórica.

El abogado e historiador Tomás Urzainqui lo explicó muy bien: “Aquí se ha puesto exquisito cuidado en ocultar la existencia de la sociedad política, que cuenta con su propio Estado diferente al español y francés. Mientras no se descubra y reconozca la profunda, palpable y omnipresente Nación política no hay nada que hacer.” (...) “Hoy, y desde hace escasamente veinte años, nos hallamos ante la infernal dicotomía de vascos o navarros, auténtico ejemplo de fútil divergencia. Afirmación hecha de espaldas al conocimiento y a la realidad. De la categoría de lusitano o portugués, galo o francés, germano o alemán, helvético o suizo.

Dicotomía del todo imposible, por precisión, coherencia y congruencia conceptual, histórica, jurídica y cultural, no se puede ser vasco sin ser navarro, ni ser navarro sin ser vasco. Políticamente todos los vascos somos navarros y culturalmente todos los navarros somos vascos. Navarro es un concepto político y lo vasco lo es cultural. Navarra y Euskal Herria son dos caras de la misma moneda.”

Es imprescindible realizar todos nuestros análisis políticos desde una correcta interpretación de la historia,ser conscientes de que a los vascos nuestros derechos nos fueron arrebatados por la violencia de las armas al destruir nuestro Estado y que nadie nos va a dar nada, ni a reconocer nada (ni permitir plebiscitos o referéndum alguno salvo que crean que lo vamos a perder), que nosotros no hayamos primero ganado uniendo nuestras fuerzas y que el objetivo exclusivo ha de ser cómo (re)construir nuestro Estado, sólo entonces tendremos y se nos reconocerán todos nuestros derechos, nunca antes.

Pedro Mariscal de Nabarra fue encarcelado en Simancas en la conquista de la Nabarra reducida (Alta y Baja) en el siglo XVI y los españoles intentaron, bajo tortura (práctica recurrente contra nuestro pueblo), que reconociera la legitimidad de la conquista, su figura era de un gran peso político en toda Nabarra, resistió a sus torturadores y no firmó el documento que le presentaban, siendo finalmente asesinado tras 14 años en prisiones alejadas de su patria, por miedo a que su presencia levantara a los nabarros (según narra A. Campión). Cuando se le preguntaba por qué no aceptaba todas las riquezas y títulos que se le daban por la traición contestaba: “Nafarra naizelakotz, espainola ez naizelakotz”, ni ere horretan nago, Bizkaiko Nafarra naizelakotz.